Es la especialidad odontológica que se dedica a la reposición de unidades dentales perdidas por medio de la instalación de
implante dental de
titanio emplazados en los
maxilares, a manera de raíces de dientes (dentro del hueso) y que luego pueden portar
coronas dentales artificiales en una parte diseñada para ello y cercana a la zona de oclusión dental.
Existe además con la finalidad de evitar transgredir el tejido de los dientes vecinos a la brecha de pérdida de los dientes naturales, pues otra especialidad (la prostodoncia o
prótesis fija) lo hace para sustentar la reposición de los dientes a manera de puente fijo en uno o más puntos, desgastando los dientes adyacentes, valiéndose de la relativa fortaleza de las raíces de estos.
Se dedica también a la investigación de nuevos materiales biocompatibles que aseguren un mejor desempeño y a la vez menor probabilidad de rechazo por parte del organismo huésped hacia los implantes.
Actualmente el índice de fracaso se encuentra en torno al 4%, por lo cual podemos decir que su fiabilidad es considerable.
El "tendón de Aquiles" de la implantología, lo representa el área cervical, donde el epitelio no se une verdaderamente al implante y deja una "puerta abierta" a la posible entrada de
microorganismos y sus
toxinas. Además la biomecanica de los implantes no se ha desarrollado todavía de forma satisfactoria en cuanto a la transmisión de las fuerzas de cizallamiento hacia el hueso.